Los principios del “Residuo cero”
La generación de residuos es uno de los retos ambientales al que nos enfrentamos como sociedad. El volumen de residuos a escala global sufre un crecimiento continuo. La gestión inadecuada de los residuos tiene como consecuencia impactos relevantes como la contaminación en el agua, el suelo, el aire, la contribución al cambio climático y la afectación a los ecosistemas y a la salud humana.
Una gestión basada en el concepto de economía circular puede convertir gran parte de los residuos en recursos, minimizando el consumo de materias primas vírgenes, con un efecto positivo en los ecosistemas y garantizar la sostenibilidad económica de la organización.
Es necesario apostar por alternativas eficaces basadas en el modelo de economía circular: La reducción, la reutilización y el reciclaje han de ser la base de estos sistemas para avanzar hacia el residuo cero.
El concepto de “residuo cero” no implica la no generación de residuos sino una gestión organizada que permita reducir su generación, preparar para ser reutilizado y/o transformar en materia prima, reintroduciéndolas en la cadena de valor.
La implementación de un enfoque «residuo cero» incluye:
- Trazabilidad de cada residuo (origen y destino final): Elaborar un inventario de residuos para determinar el origen, cantidades generadas, almacenamiento, transporte y gestión (destino final del residuo: valoración o depósito en vertedero). En este momento podríamos calcular el índice de valorización y el porcentaje de residuos que acaban en un vertedero.
- Implementar estrategias de reducción, reutilización y valorización:
- Reducción: la mejora de procesos productivos, la reintroducción de mermas en el proceso, la aplicación de conceptos de ecodiseño.
- Reutilización: la reutilización de envases y contenedores, la implementación de sistemas de reciclaje en origen.
- Valorización: implementar tecnologías avanzadas de tratamiento de residuos basados en la valorización: reciclaje, valorización energética. Selección de nuevos gestores de residuos autorizados o gestión de residuos como subproductos (utilizados como materia prima por parte de otra organización).
- Colaboración con proveedores y clientes: desarrollo de soluciones de «residuo cero» para reducir la cantidad de residuos que generan colectivamente.
- Cumplimiento de la normativa o reglamentación asociada a la gestión integral de los residuos.
En general, la implementación de un enfoque «residuo cero” puede tener beneficios significativos, como la reducción de costes, el cumplimiento de políticas sostenibles, mejora de la imagen y el cumplimiento de las regulaciones ambientales.
¿Te animas? Baker Tilly Ecogesa, consultoría experta en sostenibilidad, te puede orientar y ayudar en la definición de un modelo de residuo cero de tu organización, así como en la implantación de todas las acciones que se deriven del mismo.
¿Sabías que?
La elaboración de una estrategia de residuo cero es certificable. Diferentes organismos de certificación han desarrollado modelos específicos muy enfocados a resultados, nada burocráticos y relativamente sencillos para aquellas organizaciones que quieran iniciar su andadura en un modelo de economía circular. Algunos ejemplos de modelos son:
- AENOR: con su Reglamento particular para la certificación Residuo Cero (28/05/2020) dispone de dos tipos de marca: “Hacia residuo cero” donde al menos un 60% de los residuos deben ser valorizados, y la marca “residuo cero” donde el ≥ 90% de los residuos deben ser valorizados.
- TÜV Rheinland: dispone de su certificación del Sistema de Gestión de Residuo Cero (Zero Waste to Landfill Management System Certificate).
- Bureau Veritas: con el modelo de gestión de residuo cero a vertedero de es otro ejemplo certificable.
Publicaciones
